Actualmente el mundo de la comunicación corporativa se ha diversificado mucho, principalmente por el desarrollo y crecimiento exponencial de las plataformas y herramientas del mundo digital.

Tendencias como el endomarketing, la UX (experiencia de usuario), el marketing de contenidos, publicidad programática, la analítica web, y las relaciones públicas 2.0, son algunas de las más comunes, y lo más probable es que dentro de poco queden obsoletas  o, en todo caso, evolucionen para dar paso a nuevos caminos en el mercado de la comunicación.

La  constante aparición de tendencias y herramientas le ha permitido al comunicador brindar un valor agregado a su trabajo. Al mismo tiempo, le ha generado un nuevo perfil, uno “multiplataforma” y “multifacético” en el que el conocimiento de estas innovaciones es fundamental para el desarrollo de su labor, independientemente del rubro en el que se desempeñe.

Sin embargo, frente a este panorama ¿Qué tan productivo es tener un amplio  conocimiento de estas herramientas digitales si se deja de lado una de las variables más importantes para una gestión adecuada y efectiva de la comunicación corporativa: el conocimiento del negocio del cliente?

Para responder la pregunta anterior es importante recalcar un principio básico del marketing: “No se puede vender algo que no se conoce”. Hoy en día las empresas buscan comunicadores comprometidos con su modelo de negocio. Buscan una complementariedad entre el Know how del profesional de la comunicación  con un sólido conocimiento de su modelo y objetivos empresariales.

En este sentido, es claro precisar el compromiso de los comunicadores respecto a la confianza -“ciega” en un primer momento- que las empresas otorgan al inicio de una consultoría de comunicación. Hay que entender que no  ejercemos la comunicación empresarial para vanagloriarnos de nuestros conocimientos, sino para brindar soluciones que beneficien a los clientes. No somos “catedráticos” de tendencias de comunicación sino que ofrecemos estrategias efectivas a empresas para su crecimiento, en base a un conocimiento sólido de sus negocios y de sus objetivos de marketing.

Es allí donde el conocimiento táctico y el criterio estratégico del comunicador finalmente entran a tallar para garantizar una correcta  gestión de la comunicación. Una gestión que genere resultados  y que, por sobre todo, sea valorada y considerada por las empresas  como un pilar fundamental para su crecimiento y desarrollo.

Autor: César Bocanegra, Ejecutivo Senior de Prensa & PR